lunes, 6 de enero de 2020

El terreno montañoso de muchas islas del Caribe hace que el tratamiento descentralizado del agua y efluentes se complementen con naturalidad.

El tratamiento distribuido, que limita la necesidad de combustibles fósiles y una amplia infraestructura, podría ser el calce perfecto para las necesidades de las islas

Entre los profesionales de la industria del tratamiento del agua, crece el consenso que las plantas de tratamiento de efluentes y desalinización descentralizadas a pequeña y mediana escala son el camino a seguir en un futuro con estrés hídrico. Sin embargo, los gobiernos continúan anunciando proyectos de infraestructura gigantes de agua nuevos a un ritmo alarmante. Debido a que el debate de políticas públicas parece que simplemente no se ha actualizado con la tecnología actual, muchas empresas y organizaciones no gubernamentales centradas en el tratamiento de aguas de pequeña a mediana escala o a las energías renovables, han empezado a ver al Caribe como una especie de frontera nueva.
Del mismo modo, muchas personas en el Caribe están despertando a la nueva realidad, en la que las formas de energía renovable que no parecían atractivas en una época de tecnología con gran consumo de energía, de repente fueron posibles con la llegada de las nuevas tecnologías que pueden entregar mucho más trabajo con un presupuesto de electricidad limitado.
Muchos factores hacen que el tratamiento distribuido o descentralizado sea el calce perfecto para el Caribe. Además, la energía renovable es el calce perfecto para las tecnologías que recientemente hicieron que la descentralización sea práctica en todas las escalas.

Fuentes de Energía Verde

La mayor parte de la electricidad en el Caribe se genera con combustibles fósiles, y las islas están acostumbradas a pagar entre tres y cuatro veces el costo del territorio continental de los Estados Unidos, un gasto que representa casi el 10% del PBI de muchas islas. Pero, en general, el Caribe es rico en fuentes de energía renovables como la energía solar, eólica, geotérmica, mareomotriz e incluso algunos posibles sitios hidroeléctricos que prácticamente no se explotan.
El recurso solar anual promedio en el Caribe se calcula en 5,46 kWh/m2, que es mayor que la de los centros de energía solar de Hawaii, California, Texas y España. La energía eólica media en el Caribe es 7 m/s, que coincide con la de Texas y California, las capitales de energía eólica de Estados Unidos.
Dominica, Saint Kitts-Nevis, Guadalupe, Martinica, Montserrat, Santa Lucía y San Vicente también son ricos en energía geotérmica y cuentan con proyectos en desarrollo para aprovecharla. La energía hidroeléctrica es una opción para Jamaica, Haití y República Dominicana.

Eficiencia Energética

Los recursos de energía ricos y sin explotar del Caribe, hacen que el desarrollo de generación de energía renovable sea extremadamente atractivo, particularmente considerando el costo significativo de las importaciones de combustible fósil de alto contenido de carbono en la región.
El gasto de capital para los sistemas de energía verde es generalmente más alto, por lo que la eficacia debe tenerse en cuenta, no sólo en la generación de electricidad, sino también para la tecnología que usa la electricidad, tal como los sistemas de tratamiento de agua que no dependen de la red o descentralizados.
Por suerte, una nueva generación de tecnologías de tratamiento de efluentes y desalinización altamente eficientes saca el mayor provecho del voltaje disponible. Por ejemplo, la tecnología del reactor de biofilm de membrana aireada (MABR) ha reducido los requisitos energéticos de la aireación, la fase más intensiva en el consumo de energía del tratamiento de efluentes, en un 90%, llevando a un requisito de energía total mucho más bajo.
Las plantas de tratamiento a menor escala, incluso las que están completamente fuera de la red, ahorran significativamente en las cañerías amplias y onerosas, en particular cuando las comunidades son pequeñas, muy dispersas y en terreno montañoso y boscoso, como muchas de las islas en el Caribe. El tratamiento de nueva generación le permite a las comunidades pequeñas que mantengan los estándares altos de calidad de agua mientras los ejecutan en sistemas verdes y fuera de la red.

Resiliencia al Huracán

Con el progreso del cambio climático, se debe tener en cuenta la resiliencia de los sistemas fuera de la red a los huracanes. Recientemente, una instalación MABR en St. Thomas de Fluence sobrevivió a un huracán de Categoría 5 y estaba funcionando con un generador tan sólo dos horas después de la tormenta, mientras que la mayor parte de la infraestructura de la isla permaneció sin funcionamiento durante meses.
Con muchas islas del Caribe todavía en la etapa de reconstrucción desde cero después de los huracanes en el 2017, la región podría ser el campo de pruebas ideal para este tipo de soluciones flexibles y descentralizadas.

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